En la antigüedad, lo que pasaba entre Grecia y Persia no tenía ninguna incidencia con lo que sucedía en el actual México. En la Edad Media, el sistema feudal no guardaba influencia absoluta con las culturas aborígenes en Australia. Ya en la modernidad, las cosas empezaron a cambiar, pues las decisiones tomadas en la América española, por ejemplo, comenzaban a tener influencia incluso en África, con la importación de esclavos.
El cambio definitivo llegó con la contemporaneidad, que hizo que todo territorio del mundo estuviera controlado por algún estado y que por ende, cualquier conflicto de orden político tuviera impacto fuerte, así fuera en el otro extremo de la Tierra.
Estados Unidos y Vietnam, Rusia y Cuba
¿Quién iba a pensar, cien años atrás, que el país más influyente para Vietnam, una antigua colonia francesa con límites irregulares en el Sudeste asiático, sería Estados Unidos? Y lo mismo para Cuba, una isla caribeña que dejó de ser colonia española muy tardíamente y que por la implantación de un régimen comunista a partir de 1959 mantuvo una estrecha relación con la Unión Soviética, dirigida principalmente por Rusia.
Este tipo de eventos, propios de la geopolítica, solo son posibles con el desarrollo de la contemporaneidad. El mundo empezó a tener más impacto entre sí, independientemente del lugar donde se tomasen las decisiones.
Incluso, las pandemias
Otro punto clave donde se puede ver esto es en las pandemias. Si bien existieron pandemias continentales o incluso globales, la movilidad hoy de las personas en el mundo, que están solo a un avión de distancia, permite aumentar enormemente la transmisión de enfermedades contagiosas. Las pandemias del VIH y del Covid-19 han iniciado un nuevo capítulo en este sentido.